Empleo: Dimes y diretes
Constituye un hecho habitual las valoraciones en negativo por parte de los sindicatos (y algunos grupos políticos), de la evolución del empleo, incluso cuando crece: mes tras mes, crezca cuanto crezca el empleo, y se incremente como se incremente, siempre asistiremos a valoraciones de “empleo precario”, “contrato basura”, “empleos temporales”, “condiciones humillantes”…; así, mes tras mes, año tras año: a veces tengo el convencimiento de que aunque existiera pleno empleo, siempre se generarían comentarios en negativo. Esto que sucede con las contrataciones en general, se produce con una incidencia especial en el empleo vinculado a nuestro sector hostelero, y al respecto unas reflexiones:
- Las contrataciones temporales, las de una o varias jornadas determinadas, incluso las contrataciones a jornada parcial, no son contratos basura: cubren necesidades de las empresas en un momento, día o meses determinados, y no deberían ser objeto de manipulación negativa en los discursos políticos y sindicales. El contrato basura por excelencia es el paro o que una prestación de servicio laboral no esté soportada en un contrato.
- Generalizar sobre los contratos eventuales es falsear la realidad: todos los fines de semana pueden producirse cientos de contratos de personas a las que se necesita para un servicio especial (banquete) que no se produce el resto de la semana. Hay contratos eventuales de más larga duración que se ajustan a las necesidades de temporada o de lanzamiento de empresa…; porque si el puesto laboral es fijo, lo ideal es que a empleo fijo corresponda contrato fijo, con independencia de la jornada diaria, semanal o mensual que se requiera.
- En la medida en que no se entienda y respete lo anteriormente señalado, las estadísticas siempre serán controvertidas y generarán opiniones sesgadas nacidas de mezclar modelos de contratación, desprestigiando de esta manera la contratación de empleo.
- Existe la falsedad añadida nacida de entornos políticos, sindicales, y que algunos medios de comunicación recogen sin el más mínimo pudor: tipificar las contrataciones laborales como mileuristas. Al respecto:
- En Hostelería (Bizkaia) el salario más bajo por convenio (limpiadora) es de 17.591,70 €, lo que equivale a un coste laboral para la empresa cercano a los 28.000 €/año. Los costes laborales son desconocidos por la mayor parte de la sociedad: en nuestro sector, como media, puede oscilar entre los 28 y 32.000 € pax/año/jornada completa.
- Muchas veces los problemas nacen de criterios comparativos, especialmente con el empleo público. La empresa pública asume ciertos costes con cargo a lo que todos pagamos: no se puede olvidar que esos costes corren a cargo de los ciudadanos. Por cierto: comparando estadísticas de altas laborales del año 2007 y altas actuales, puede evidenciarse que el empleo público no ha disminuido (Eustat / INS) y, en consecuencia, no están justificadas las manifestaciones que durante más de 5 años se han realizado, desde entornos sociales, sin aportación de datos, y señalando lo contrario: que había recortes en las AAPP.
El entorno institucional está persiguiendo todas las contrataciones irregulares o incluso las prestaciones laborales sin la cobertura de contrato, y esto es algo que no se puede cuestionar; pero sería de agradecer que en algún momento ejercieran una labor didáctica ante la sociedad explicando cuestiones tan elementales como las que brevemente aporto en esta reflexión.
Ángel T. Gago,
Presidente