EMPATÍA CON HACIENDA… ¡POR SUPUESTO!

Los hosteleros solemos ser bastante empáticos entendiendo por  empatía la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona para llegar a entenderle y no mandarle a freír churros inmediatamente. Lo que nunca pensé es que llegaría a ser empática con Hacienda.

 H-A-C-I-E-N-D-A: dícese del organismo que cuando creemos que nos va bien y vemos la cuenta bancaría en verde, y justo cuando comenzamos a pensar lo buenos que somos y los proyectos e inversiones que queremos acometer… ¡ZASS!: Declaración de Iva (yaya, no es un gasto, es sólo la diferencia entre Iva repercutido e Iva soportado pero fastidia a mi cuenta igual, que es la que miro todos los días) y declaración de la Renta (sí, sí, todo eso del que gana más que pague más es muy bonito y visto así, razonable, pero como soy humana, observadora y vulnerable al entorno y las injusticias,  me siento una pringada TODOS LOS AÑOS).

Pero este año es diferente. He decidido que quiero una cuenta en verde para poder acometer proyectos  y en consecuencia generar empleo directa e indirectamente,  y también  he decidido que quiero ser justa pero no sentirme una pringada año tras año. Por eso, voy a practicar la Empatía con Hacienda. Voy a hacer un esfuerzo enorme y me voy a poner en su lugar para entenderla y poder actuar de la mejor forma posible. Dicho esto y gracias  a la  práctica circular que acabamos de recibir todos los afiliados con útiles consejos a la hora de presentar nuestros resultados anuales, procedo a resumir una simulación de lo que sería el cuestionario virtual que tiene un funcionario de Hacienda en su mesa cuando analiza los resultados de tu negocio. Mirad este cuestionario como lo que es: lo último que se cuestiona el funcionario antes de ¡ZASS!-¡Adiós proyectos PRINGAO!

¿Le da para pagar (amortizar) su préstamo de negocio  con su beneficio neto y con lo que le queda puede vivir dignamente? Si las respuesta es NO … encontrará la forma de hacer ¡ZASS!

 Nota: La definición de “Dignamente” para un funcionario difiere de la de un autónomo. Por ello son ellos los que realizan un ejercicio de empatía y entienden que para nosotros los autónomos “dignamente” significa poder llegar a fin de mes y pagar nuestros gastos de luz, agua, colegios, alquiler del hogar y otros fijos necesarios.

encontrar dinero

¿Este beneficio le permite haber aumentado su patrimonio personal como lo ha hecho  (casa, coche …)? Si la respuesta es NO… encontrará la forma de hacer ¡ZASS!.

Nota: Me han dado el dinero, me lo han dejado, lo tenía mi madre debajo del colchón, me lo he encontrado en el pueblo al tirar una pared, unos ahorrillos de la infancia… NO, NO, NO, Y SIEMPRE NO. Sea lo que sea tiene que haber un papel de por medio que justifique de donde viene ese dinero.

¿El beneficio neto declarado es menor de lo que gana el trabajador que menos gana de la empresa? Si la respuesta es SÍ …encontrará la forma de hacer ¡ZASS!.

Nota: Los autónomos somos un poco masoquistas; vivimos preocupados y nerviosos, trabajamos dos jornadas seguidas del tirón (y los de Bilbao dos y media), no nos vamos de vacaciones, pagamos antes a todo el mundo aunque eso signifique no ver un duro (el dinero sólo pasa por nuestras manos y nuestra cara de mala ostix). Por eso, el funcionario cree que si seguimos en esto tiene que haber algún motivo económico, más allá de nuestro masoquismo o amor propio y que esforzarse el triple para ganar la tercera parte que un miembro de nuestro equipo no tiene sentido…

¿Representa el coste de la materia prima entre un 25% y 45% de las ventas? Sí es superior a 45%…

Y así tengo unas preguntitas más que me las reservo.

Si no quieres un ¡ZASS!, se empático con hacienda, y ponte en su lugar porque te ayudará a tomar las mejores decisiones para tu negocio, a acometer proyectos, a no sentirte como un pringado y a dar sentido a todo el cariño y dedicación que pones cada día en tu trabajo.

Hace poco alguien muy respetado en el mundo empresarial me dijo: “Si eres trabajador afíliate a un sindicato pero si eres empresario únete a una Asociación sectorial”. Tenemos la suerte que a la Asociación de Hosteleros de Bizkaia no le gustan los ¡ZASS! y se esfuerza en   ayudarte a entender a Hacienda. Por eso te animo encarecidamente a que acudas a cualquiera de los cursos de  Gestión de Empresas Hosteleras que desde la Asociación se organizan.

ADVERTENCIA: Este no es un texto creado para criticar a Hacienda ni a los funcionarios sino para animaros a conocer cómo (posiblemente) se piensa en este organismo, y motivaros a asistir al curso ya que sin duda el hacerlo os evitará más de un disgusto.

Leire Pérez- Dpto Consultoría e  Innovación ESHA