El complejo mercado laboral
Estas reflexiones, que ofrezco a empresas y trabajadores del sector hostelero, nacen o subyacen en un reciente artículo periodístico. Con esta visión intento complementar y, en su caso, rectificar esa visión incompleta que, por falta de espacio-tiempo, a veces se produce en los medios de comunicación.
El contexto general
Es una obviedad que en nuestras empresas se trabaja en sábados y festivos,y eso es un hecho que ciertos asalariados rechazan o no aceptan con agrado. Pero en nuestra sociedad, en festivos, trabajan también médicos, taxistas, quiosqueros, comerciantes…, y por supuesto empresarios del propio sector. A partir de este hecho, el encontrar trabajadores dispuestos a ser contratados con esa condición tiene ciertas dificultades: Este es un hecho real y constatable.
Existen otras situaciones (y el artículo periodístico indirectamente las referenciaba) vinculadas a la profesionalización de los que trabajan en el sector. Y más concretamente a aquellos que, formados en las Escuelas, se incorporan laboralmente; en unos casos con la satisfacción de la empresa y en otros con una visión crítica de la misma. (“No están suficientemente capacitados”, “Exigen derechos, pero no aceptan obligaciones”…).
Es especialmente importante precisar o dar respuesta a las manifestaciones de insatisfacción; y al respecto es conveniente recordar que:
- La empresa (como contratante) debe tener un mínimo de precauciones y la más esencial es indagar algo sobre la experiencia y expediente del aspirante: Están siendo decenas las personas que se presentan a una empresa diciendo “yo he estudiado en tal escuela” cuando en el fondo o sólo la han pisado para un curso de 20, 40 o 60 horas… o asistieron a alguna formación que no superaron… o cualquier otra circunstancia. Si este mensaje lo circunscribimos a la Escuela de Artxanda, es evidente que no es lo mismo la persona que acredita una formación (completa) del Ciclo de 3 años, una formación de 2 años, una formación ocupacional o una asistencia a un curso de alérgenos. Esto es muy obvio, pero periódicamente nos sorprenden empresarios que manifiestan una opinión sobre una persona que dice “haberse formado en la Escuela” y no ser cierto; algo más de precaución o prevención sería necesario.
Un alumno formado en la Escuela, junto a técnicas en habilidades también recibe otro tipo de formación, y es obvio que conoce o puede conocer perfectamente el Convenio Laboral del Sector: Cuando en una empresa se le imponen condiciones diferentes,o no contempladas en el mismo,su reacción puede ser imprevisible (de desconcierto, insatisfactoria…).
La dificultad de contratación
Los trabajadores del sector hostelero en modo alguno son mileuristas. Los trabajadores de nuestro sector tienen aseguradas para las categorías más bajas unas retribuciones anuales de entre 19.000 y 20.000 euros (1.500€/mes), lo que implica un coste empresarial del orden de 28.000 euros…; y esto sin deslizamientos y para jornada completa. Esta es una retribución más que interesante que (generalmente) puede estar algo desmerecida por lo que se paga en empresas públicas (con los fondos de todos), pero no en otros múltiples sectores. A pesar de esta retribución interesante, puede ser cierto que para algunos el hecho de trabajar en sábados y festivos suponga un hándicap… pero es un sector que requiere este tipo de desempeño (como muchos otros).
Por otra parte, el convenio establece unas condiciones de jornada y descansos; y corresponde a cada empresario y asalariado el conocer éstos, derechos y obligaciones. Uniendo los derechos salariales y de jornada que garantiza el convenio, trabajar en el Sector es una opción interesante y que no debe ser objeto de menosprecio ni periodística ni socialmente.
Los modelos de contratación
Aquí nos enfrentamos a la parte más conflictiva de las relaciones laborales: Como responsable de esta información, no puedo más que reconocer el marco laboral existente y sugerir a las empresas que, salirse del mismo, puede tener (y tiene) consecuencias.
Hay situaciones bastante habituales a las que todos quieren encontrar justificación:
- “El trabajador me ha pedido que le haga un contrato – por menos horas – para conservar una prestación económica que tiene”. Este hecho se comenta por sí mismo: La situación de inseguridad jurídica para la empresa es importante… son contrataciones que se están persiguiendo institucionalmente… y son contrataciones que el día de mañana hasta podrían ser denunciadas por el asalariado que la solicitó. Quien inicie y desarrolle este modelo de relación debe reflexionar respecto a qué se expone.
- Existen o pueden existir otros contratos que, a instancias de la empresa, se formalizan por menos horas de las que luego va a trabajar el asalariado: Es un caso parecido al anterior y con idénticas consecuencias. (Hoy en día existe una constante vigilancia sobre este modelo de contratación que además está condicionada a la existencia de un cuadro horario que fije con seguridad y aceptación del trabajador esa jornada partida).
- Existen contrataciones encadenadas para una misma función por parte de un asalariado. Y para esto hay límites…; y también están siendo objeto de vigilancia; en general se parte del principio de que para un trabajo fijo la contratación debería ser indefinida con el periodo de prueba que se establezca.
- Luego existen otros casos variopintos: Asalariados que no quieren trabajar en festivos (pero que se presentan a un puesto laboral para justificar la búsqueda de empleo y seguir percibiendo una prestación)…“Existen asalariados maestros en el arte de coger bajas laborales” ante la tolerancia institucional con las Incapacidades Laborales Transitorias… “Existen asalariados desleales con la empresa”… Existen muchas otras casuísticas; y todas ellas las soporta la empresa. Pero, el hecho de que existan, no va a justificar el comportamiento irregular en la contratación o en la fijación de jornada por parte de la empresa.
A modo de resumen
Desde la Asociación sectorial se ha hecho referencia en múltiples ocasiones a aspectos como los recogidos en este texto y a predecir un futuro complejo en el marco de las relaciones laborales: las condiciones de contratación y vinculación laboral cada vez serán más exigentes y tendrán mayor coste; y requerirán más ventas de la empresa para cubrir los costes de cada trabajador. Los condicionantes de esas relaciones laborales están situando a las empresas en situaciones complicadas y cuya complejidad se va a incrementar. Si el sector ha crecido en las estadísticas (en lo que a volumen de asalariados se refiere) en gran parte es porque en ese entorno de vigilancia institucional están aflorando empleos sumergidos, empleos que cuando se regularizan probablemente adquieren costes que la empresa no va a poder soportar. Se evidencian dificultades en la liquidación de los seguros sociales y hasta se ponen de relieve dificultades a la hora de las retribuciones: ésto y todo lo anterior forma parte (o complementa) el artículo periodístico al que al inicio he hecho referencia.
Cada empresario deberá acostumbrarse a actuar con precaución y prevención… a que las contrataciones no pueden realizarse de cualquier forma… a que si se puede (y si es necesario) tendrá que reconducir su conducta con los asalariados. De lo que puede estar seguro es que la actitud de las personas hacia el trabajo no es fácil que mejore y que la vigilancia institucional cada vez la va a tener más encima: deberá aprender a gestionar las Relaciones Laborales.
Ángel T. Gago
Presidente