Desde Presidencia al Diputado General
A petición del Presidente, alojamos en este espacio el escrito que ha dirigido al Diputado General, cuyo contenido es una muestra de la preocupación de toda nuestra organización (y de los afiliados que representa) ante la carencia de ayudas efectivas que ayuden a salir de la gravísima crisis económica que ha provocado el Covid.19:
Excmo. Diputado General, Estimado Unai:
Aunque desde nuestra entidad hemos tenido varios contactos contigo, y con otras personas del entorno de la Administración de nuestro Territorio Foral, en el ámbito de mis propias responsabilidades, y ante el escenario económico que tenemos, quizás de forma algo diferente – por motivos obvios- en lo que a las costumbres protocolarias es habitual, me veo obligado a realizar esta petición de ayuda y comprensión.
Carezco de suficiente información macroeconómica que seguro obrará en vuestro poder; aun así, sí que percibo sensaciones, percepciones y datos en lo concerniente al Sector que represento, y estoy en condiciones de afirmar que, aun siendo parte de un problema que la Administración debería gestionar de forma global, las características de nuestras pymes y microempresas hosteleras -que en su conjunto acumulan un papel relevante- deberán disponer de un plan de choque, con medidas diferentes a las aprobadas hasta estos momentos…, evidentemente siempre que se acepte y defienda la premisa de que, el número de cierres de establecimientos y el crecimiento de paro en los asalariados, no sobrepase unos niveles de catástrofe. Intento razonar mi posición:
a) El Sector, en nuestro Territorio, lo configuran miles de establecimientos, en su muy inmensa mayoría trabajadores autónomos: Entre autónomos y asalariados -el Sector- da o daba ocupación directa a unos 33.000
b) Un Real Decreto obligó al cierre de todo ese colectivo: probablemente no había otra opción desde el punto de vista sanitario… pero esa decisión ha generado un drama de incalculables consecuencias: el autónomo percibirá una cuantía por Cese de Actividad en función a su base de cotización y los asalariados ven reducidas sus percepciones en un porcentaje relevante, máxime para los salarios que perciben (muy alejados de los que se consiguen en el empleo público, semipúblico y empresas significativas).
c) Este escenario, aunque con dificultades, podría haberse asumido en una duración de 30 a 45 días; pero ése no es el período al que nos vamos a enfrentar, algo a lo que me referiré seguidamente.
d) Y para ese entorno económico no se han arbitrado las medidas paliativas imprescindibles; es más, lo aprobado (desde el Estado) ha sido un completo dislate en el planteamiento, en la gestión y qué se podría decir de la tramitación; y como muestra, un incalificable mensaje de la Ministra de Trabajo que -como empleadores- no podremos olvidar jamás: «no podréis despedir». Sin
Los padecimientos a los que el Gobierno estatal ha sometido a empresas, y organizaciones como la nuestra, no es responsabilidad de la Diputación que presides, pero hay medidas que se han adoptado en nuestro Territorio cuya responsabilidad sí recae. El Sector -numéricamente- se viene abajo si no se reorientan algo las actuaciones:
a) Primero: el reinicio (muy parcial) de la actividad no se prevé que sea antes de
b) Segundo: cuando así suceda se pretende implantar limitaciones: Algunas de las que se mencionan son prácticamente inaceptables.
c) Tercero: en ese escenario las empresas no podrán mantener plantillas…, y habrá que enfrentarse al Real Decreto y sus
d) Cuarto: la limitación de aforo, horario, distancias,… tiene consecuencias: una empresa tenía recaudación para 5 o 14 asalariados, pero en el nuevo escenario no podrá; y si reduce la plantilla, por ejemplo, en el 50% puede que el establecimiento deje de estar operativo.
e) Quinto: ¿alguien puede pensar que en este entorno las empresas pueden permanecer abiertas hasta finales de año?
En este punto me permito reproducir parte de un informe que, desde la Presidencia, hemos difundido entre las empresas:
«¿Y las fechas de reinicio? No nos engañemos … quizás la fecha tenga menor importancia que el cómo. De lo que se escucha, y a veces se imagina, situemos dos escenarios:
➡ Tesis I.- Apertura a corto/medio: Si van a existir limitaciones mejor esperar… necesitamos que los Ertes y Ceses permanezcan. ¿Quién es capaz de abrir si le ponen cualquiera de las limitaciones de aforo, distancia, etc.? ¿Cómo se iban a incorporar todos los asalariados en esas circunstancias? ¿Cuántos de los asalariados será capaz de mantener el establecimiento con la limitación de ventas que puede producirse? ¿Y el resto? ¿Al paro? ¿Con qué procedimiento y coste? ¿Y el autónomo? ¿perdería la escasa prestación por Cese?.
➡ Tesis II.- Apertura a medio/largo: Podría pensarse en un escenario de Octubre/Diciembre, pero si es con limitaciones…. También deberían existir condicionantes: Empezar conservando Ertes y Ceses… la Empresa sólo debería soportar o complementar el coste de salarios hasta alcanzar la retribución habitual… ésto permitiría conservar gran parte del empleo, pero requiere de un apoyo institucional que hoy no se vislumbra, y ese apoyo debería existir hasta el ejercicio de la actividad sin limitaciones.»
Para enfrentarnos a este reto, la Diputación Foral puede actuar en varios frentes, y no sólo económicos:
1.- Ejerciendo en otros foros (Gobierno estatal y/o vasco), la representación de nuestros intereses, como familias y ciudadanos contribuyentes de la Diputación de nuestro Territorio: Hacemos esta petición porque hemos perdido toda esperanza de que se produzcan actuaciones por parte de otras instancias que nazcan del consenso y empatía.
2.- Implantando nuevas decisiones tributarias:
a) No se trata de que no haya que presentar hasta Junio la declaración de Iva, Retenciones…
b) No se trata de que el Pago Fraccionado se suprima el primer y segundo trimestre : El pago Fraccionado es una entrega del IRPF del 2020: ¿alguien piensa que va a haber liquidaciones positivas en la Renta´2020 el año que viene?. Este aplazamiento es casi un derecho aunque es cierto que podría no haberse concedido.
c) En mayo, en tiempos tan convulsos, habrá que presentar el IRPF del 2019: una cuestión es que se abra el periodo de declaración para que quienes la obtengan devolución reciban sin demora, y otra que, a la inversa, a quienes les resulte Cuota a Liquidar, puedan hacerlo. Se agradece la opción de aplazamiento existente pero no se debe olvidar que esas cuantías tendrán que ser desembolsadas cuando todavía las microempresas que hayan sobrevivido apenas habrán recuperado un reducido porcentaje de su actividad. Se necesitarían aplazamientos a mayor plazo.
No es que no se agradezca las medidas adoptadas sino que, en el escenario descrito al inicio, carecen de un valor significativo. Por eso nuestra petición va más allá, y la hacemos desde la comprensión de que las arcas forales necesitan recaudar para su sostenimiento; pero no cabe olvidar que esas recaudaciones han sido exitosas en la última década, siempre batiendo récords de recaudación: en este entorno, una actuación ambiciosa debería ser la de paralizar todas las declaraciones- hasta Enero 2021, y en esa fecha posibilitar el aplazamiento durante 18 meses de la Deuda Tributaria, por supuesto, sin intereses.
Si las cifras resultantes (en déficit de ingresos para las arcas públicas) por la aplicación de esa medida, no se pudiera asumir desde la Diputación que presides, siempre os quedaría el recurso de solicitar financiación del Gobierno vasco y/o estatal; incluso directamente, dada la solvencia del departamento que presides: resulta impensable que no se acepte esa financiación para la Diputación Foral y se pretenda que -el empresario de a pie- se endeude para asumir los costes de tributación, con independencia de los otros costes que va a tener que soportar (laborales, gastos fijos, supervivencia, etc…). Por supuesto, existe la opción de no liderar la aplicación de medidas paliativas, pero no aceptaré que sus consecuencias caigan en nuestras espaldas por no haber acudido en demanda de auxilio.
Añado, a continuación, el contenido del punto 5 del texto que como Presidente dirigí a los afiliados:
«HAY MARGEN PARA LA ESPERANZA
Quizás sea agarrarse a un clavo ardiendo pero alguien tendrá que reflexionar: Somos cientos de miles de microempresas, ciertamente individualistas y desunidas en gran parte, sin el suficiente reconocimiento institucional (a pesar de ser la base del Sector Turístico hasta omiten referenciar nuestra actividad HOSTELERIA); pero aún así, participamos del PIB de forma importante.
En definitiva, somos un Sector al que, por su atomización, no siempre se le reconoce sus aportaciones; Pero veámoslo de otra forma: Empleamos -en el estado- más de 1.400.000 entre autónomos, colaboradores y asalariados… de los que el Subsector de Alojamiento no representa un porcentaje significativo: lo esencial es Hostelería, aunque a los gobiernos les pese… . Contribuimos con importantes cuantías por arrendamientos… que generan impuestos; nuestros establecimientos realizan permanentes inversiones y reformas… que generan impuestos; nuestros establecimientos realizan un consumo de materias primas en un promedio de un 35% de las ventas… lo que genera impuestos; recibimos suministros energéticos… lo que genera impuestos; somos acogida de visitantes que dan trabajo a otros gremios del transporte y comercio… lo que genera impuestos. Y no sigo:
¿es ésto tan insignificante como para que nuestros expertos gestores no tengan en cuenta la adopción de medidas paliativas y razonables?.»
Te tengo en muy alta estima, y no imaginas lo que me duele añadir más problemas a los que ya tienes.
Eskerrik asko zure hurbiltasunagaitik, guztion artean aurrera egingo dugu.
Ángel T. Gago PRESIDENTE