Alcohol, tabaco, bebidas edulcorantes,…,PETROLEO

Soplan vientos de incrementos de costes ante los que los empresarios deberán reaccionar o, como mínimo, valorar: se anuncian subidas de impuestos que repercutirán en las adquisiciones de alimentos y bebidas en unos casos, y en todos los gastos de una empresa por el encarecimiento del petróleo.

A partir de ese hecho, cada medio de comunicación, incluso según su posición ideológica, efectuará diferentes valoraciones: el hecho es que aparentemente los impuestos no subirán en el vino y cerveza, pero sí lo harán en los refrescos azucarados y en las bebidas con alta graduación alcohólica. Del tabaco mejor ni hablar porque cada consumidor sostiene su coste asumiendo el castigo económico por su pecado.

La subida de impuestos en las bebidas alcohólicas, sin duda tiene incidencia en la cuenta de resultados, pero más temor produce el hecho de que el petróleo pudiera llegar a incrementarse hasta casi duplicar los precios existentes hasta hace una semana, y que han permitido aligerar la carga económica de los estados, por lo menos del nuestro.

Lo cierto es que la recaudación (en nuestro caso de las Diputaciones Forales), según el último análisis (1 de diciembre), se ha incrementado en el 4,2% en las labores del Tabaco, en el 3,6% en la Cerveza, en el 5,9% en los Hidrocarburos, en el 1,2% en Electricidad y en el 8,1% en el Juego…; y si esto ha sido así en épocas de IPC estable, preparémonos para lo peor a la espera de lo que pueda suceder, máxime cuando desde la Unión Europea se persigue un cierto incremento (aunque sea moderado) de la inflación.

En definitiva, quienes ofrecéis un servicio de A&B, debéis permanecer muy atentos a la evolución de los costes, y tomar las iniciativas que sean necesarias para no perder la rentabilidad. Y la iniciativa no sólo tiene que ser la de adecuar los precios de venta a los nuevos costes, sino encontrar –a través de la gestión– las mejores oportunidades de compra.

Ángel T. Gago

Presidente