El otro día entré en un local precioso, a la vez histórico, de nuestro Bilbao.
El local de unos 400 m2 estaba atendido por dos barman. Manejaban la barra con soltura. Mi Ama y yo nos sentamos en una mesa, no había servicio.
Naturalmente como todos fui a la barra a pedir, luego, a llevar la consumición a mi mesa.
Hace tiempo que llevo pensándolo: quizá no hemos sido claros, es posible que no lo hayamos conseguido transmitir a nuestros entusiastas compañeros de viaje…
El caso es que cada día se abren nuevas actividades hosteleras, y el negocio que no se regula de una forma, lo hace de otra. Poner bares, restaurantes, hoteles, es una afición cara,
Hace tiempo que llevo pensándolo: quizá no hemos sido claros, es posible que no lo hayamos conseguido transmitir a nuestros entusiastas compañeros de viaje…
El caso es que cada día se abren nuevas actividades hosteleras, y el negocio que no se regula de una forma, lo hace de otra. Poner bares, restaurantes, hoteles, es una afición cara, y que no siempre tiene consecuencias económicas positivas.