4 señoras en una terraza
El otro día entré en un local precioso, a la vez histórico, de nuestro Bilbao.
El local de unos 400 m2 estaba atendido por dos barman. Manejaban la barra con soltura. Mi Ama y yo nos sentamos en una mesa, no había servicio.
Naturalmente como todos fui a la barra a pedir, luego, a llevar la consumición a mi mesa.
Estando allí y desde el punto de vista profesional, se me ocurrieron tres supuestos que quedaron resueltos:
1.- Se marchan los clientes y las mesas quedan con vajilla.
R.- Salió una de las barman de la barra, lo recogió y limpió. Perfecto.
2.- Se cae un vaso al suelo y se hace añicos.
R.- Salió una de las barman y lo limpió. Perfecto.
3.- Había una señora en una mesa al lado de la mía. No tenía consumición, lo cierto es que es posible que hubiese consumido con anterioridad a mi llegada.
Llegó otra señora y se unió a ella. Posteriormente, otras dos. Al final estaban cuatro señoras.
Después de una hora, ninguna consumió, estaban sentadas en una mesa como si lo estuviesen en un parque público.
Conclusión:
Yo que quería rentabilizar costes en función de los trabajadores, vienen cuatro venerables señoras y te hunden todo el plan estratégico.
Boni García- Café Lago