Nuestra responsabilidad ante el COVID
Son pocas las personas que conocen la defensa que (desde la Asociación de Hostelería) se está haciendo (ante el entorno institucional) para intentar proteger (en lo posible) la supervivencia de Pymes y Microempresas hosteleras: Por mucha receptividad que exista en determinadas personas (incluso compresión de la situación), existe también una visión/presión de técnicos y asesores sanitarios y afines, para los que los datos de evolución de la pandemia son su único criterio. A partir de aquí, esencialmente, puede haber dos posicionamientos:
1️⃣ No deben prevalecer los criterios de la Comisión Técnico/Sanitaria porque nunca han acreditado la relación directa del crecimiento de la pandemia con la actividad hostelera; o, por lo menos no han acreditado que sea mayor el impacto en la salud (con origen en los locales hosteleros) respecto al Comercio, Oficinas, Transporte u otro tipo de situaciones.
2️⃣ Aceptando que existiera algún tipo de impacto o vinculación, resultaría cuestionable una crítica rotunda a las restricciones… pero, en tal caso, estamos más que legitimados para reivindicar indemnizaciones directas por el cierre.
No quiero ser simplista, pero (posiblemente) en los dos puntos anteriores subyacen las críticas a todo lo que está sucediendo: Si la apertura hostelera conlleva un crecimiento descontrolado de contagios, la sociedad exigirá responsabilidades al entorno político…por encima de razones… por encima de la supervivencia económica de nuestras familias y la de los asalariados. Y los técnicos alimentarían el debate con “ya lo habíamos dicho”.
Por otra parte, está la opción de las ayudas directas: algo están intentando, pero no es/será suficiente. Y cuando se hundan nuestras actividades nadie querrá hacerse responsable. Pero sí que lo hay: el Gobierno/Hacienda que tanto se preocupa del fraude… de recaudar para mantener a flote la sociedad, se ha desentendido del problema: Ahora podría haber mostrado para qué sirven los impuestos que recauda; éste era el momento de compensar a cada uno en función a lo que haya aportado. Esta medida, y la paralización de los costes arrendaticios, hubiera llevado tranquilidad a miles de autónomos. Pero no ha sido así.
NUESTRA RESPONSABILIDAD
En todo caso, sabiendo lo que cuesta obtener concesiones para el funcionamiento de nuestras actividades, debemos defender conductas responsables por nuestra parte y la de los consumidores. Si hay comportamientos inadecuados tolerados por las empresas (o descuidos en los aspectos sanitarios) lo más probable es que nos perjudiquen las consecuencias. Exigir al máximo el respeto a las normas sanitarias que establezca el Gobierno, es una obligación que no debemos olvidar; y este comportamiento responsable es el que permite defender los intereses empresariales con firmeza, legitimidad y solvencia.