Alarma: Cierre de establecimientos

cierre definitivo negocios de hostelería en Bizkaia

En demasiadas ocasiones, la visión mediática y social de la actividad hostelera es injusta y superficial; y lo cierto es que resulta difícil el poder dar una visión objetiva y sincera porque, al tenerla que hacer de forma general, siempre habrá personas que intenten descalificar, por uno u otro motivo, esa visión. Intento razonar con ejemplos la reflexión que propongo a los titulares empresariales:

     1. Si en mi condición de dirigente empresarial manifiesto que la Hostelería está en crisis, o que no ha superado ciertas situaciones que sitúan a las empresas en un estado de debilidad, siempre encontraré personas que me dirán:

     a) Si expresas una opinión negativa de la hostelería, los negocios que tenemos pierden valor (en caso de que deseemos cederlos).

     b) Otros dirán: ¡Menos mal que alguien expresa una visión más realista de las dificultades de tener a flote una empresa hostelera!.

     c) Habrá quien opine que ¡cómo va a ser cierto lo que dices!: date una vuelta y verás el éxito que tienen los establecimientos. (Pero omiten decir que la vuelta hay que darla por ciertas zonas, en ciertos días y a ciertas horas).

Creo que con esos pocos ejemplos, cualquier lector (bien intencionado) se percatará de lo difícil que es tratar con realismo el tema que da título a este artículo.

     2. Por discreción y obligación profesional, no puedo ni debo enumerar nombres de establecimientos que han cerrado en los últimos días o que pudieran hacerlo en un corto espacio de tiempo: son actividades (muchas de ellas) emblemáticas, céntricas, con solera…, en definitiva, son cierres que causan sorpresa si uno no conoce o está inmerso en los problemas que afectan al sector.

     3. Y a esto habría que añadir los cierres de esas pequeñísimas actividades de autónomos familiares que, por desgracia, pasan desapercibidos porque su desaparición es silenciosa y mediáticamente poco atractiva.

Crisis y causas

Y ante estos hechos uno se pregunta: ¿por qué sucede?. Tampoco es fácil dar una respuesta que no genere polémicas, pero algo me permito aventurar aún a riesgo de sufrirlas:

     1. La legislación vigente es exigente y, en la medida en que cada vez se exige un mayor rigor en su cumplimiento, se producen tensiones en las explotaciones empresariales, especialmente en aspectos laborales y fiscales.

     2. En los aspectos laborales, los asalariados tienen unas condiciones que generan unos costes que la empresa debe cubrir con un mínimo de ventas por persona empleada en función a los márgenes o ratios de consumo de materias primas sobre las ventas que realizan. Y esos costes se incrementan cuando se sitúan en contextos de cumplimiento de horarios de jornada, de descanso semanal, de vacaciones, de fiestas, de absentismo…; y dentro de este último punto, las experiencias demuestran que, en determinadas empresas, se produce un absentismo intolerable, inaceptable, y que conduce -en demasiadas ocasiones- al abandono del negocio por parte de la propiedad. Mientras, los sindicatos callados (cobran lo mismo por trabajar que en ausencia), y el Gobierno tolerándolo; y la empresa con muy pocas opciones para actuar en este campo salvo a través de despidos indemnizatorios; y eso sin posible aplicación a representantes sindicales o a mujeres embarazadas.

     3. El punto anterior se resume en que (al final) el coste de un trabajador por día trabajado -en el marco de la legalidad vigente- sobrepasa los 130 € y, a partir de ahí, hay que realizar ventas que den cobertura a ese coste (más el que corresponde a las materias primas consumidas, y aquellos vinculados a Costes de Explotación).

     4. Y dentro de los Costes de Explotación, tengamos en cuenta los Alquileres: en demasiadas ocasiones, a titulares de establecimientos que se cierran, se les había informado de que la cuantía del alquiler asignada podía generarle serios y graves problemas. Pero….

     5. Un último capítulo es el incremento de la presión fiscal en las actividades. Un dato: en estos 10 años de crisis (que insisto en que en mi opinión no ha finalizado para nuestro sector), nuestras Haciendas Forales han batido récord de recaudación año tras año, con independencia de la situación del mercado: no digo que su conducta no se esté ajustando al marco legal pero, ¿quién dice que ese marco legal es justo y equilibrado para los titulares de nuestras empresas?.

     6. Por último, a todo lo anterior podríamos añadir el exceso de oferta como un factor que incide en la rentabilidad de las explotaciones hosteleras. Pero si se nos ocurre decir que por este motivo hay que limitar la creación de nuevas actividades, le faltará tiempo a la Autoridad Vasca de la Competencia para echarse encima nuestro en función al sagrado nombre de la competitividad. O sea, que no se me ocurre decirlo…, aunque creo que sí puedo decir que más de 7.000 unidades empresariales -en un Territorio tan limitado como el nuestro- será difícil, por no decir imposible, que encuentren acomodo para sobrevivir.

Futuro incierto

Sobre este tema podrían escribirse mil reflexiones pero, desgraciadamente, ya he ocupado el espacio aconsejable. Para finalizar la exposición, me gustaría lanzar una petición a quien haya tenido la paciencia de leerlas y tenga obligaciones de gestión empresarial; y en esa reflexión le solicitaría que reflexionara sobre estas preguntas:

     1. Si a tu empresa le exigieran el cumplimiento literal de la legislación vigente, ¿serías capaz de sobrevivir?.

     2. ¿Tienes perfectamente interiorizado que, en función al número de personas vinculadas a la actividad (propietarios, autónomos, limpiadoras, ayudantes, profesionales varios…), que en función a ese número deben existir unas ventas/año?. ¿Y que esas ventas deben ajustarse a un ratio de coste de consumo de materias primas aceptable?.

     3. ¿Tu gestión fiscal -sea interna o externa- es objeto de revisión y conoces los puntos débiles de la misma, si es que los hubiera?.

Si a cualquiera de estas 3 preguntas no ofreces una respuesta razonable, no dejes de compartir tus inquietudes con profesionales de la organización a la que perteneces (o por lo menos de implicarte en la gestión hasta el punto de que puedas prever situaciones que pudieran conducirte a la frontera de lo irreversible).

 

P.D. Nuestra web está abierta a contrastar opiniones en sintonía o crítica con lo expuesto en este artículo.

 

Ángel T. Gago
PRESIDENTE