Fraudes fiscales: Pesadamente reiterativos
No es la primera vez que nos referimos a este tema ante las declaraciones que representantes de Hacienda cada año hacen sobre estas fechas (declaración del IRPF). Unas opiniones al respecto:
- En mayo vuelve Hacienda como todos los años (como en diciembre se vuelve a casa por navidad); y en mayo se nos comunica con profusión de comparecencias institucionales cómo se administran nuestros impuestos al tiempo que se nos informa sobre objetivos de persecución del fraude (aspectos loables si no fuera por ser especialmente reiterativos).
- Nada que decir contra el fraude, ni se nos debería preguntar.
- No desconocemos la existencia de registradoras avanzadas, pero probablemente no las tengan más que del 3 al 5% del sector: El resto, registradoras de supervivencia.
- El hecho de que existan registradoras con tecnología capaz de ser usada fraudulentamente, no tiene que significar que se esté utilizando para tal fin; pero de hacerlo, el número de empresas, como se ha indicado, es reducido.
- En todo caso, esa hipotética conexión TPV – Hacienda Foral, requiere de una tecnología complementaria y de su instalación, algo que no creemos que es inmediato.
- Nos imaginamos que esa tecnología se aplicará al comercio, a taxistas, a despachos, por supuesto a hostelería, y sin duda a todos esos cientos de ventas irregulares que se producen en la vía pública sin el más mínimo control de facturación… Y qué decir de esos extraordinarios servicios hosteleros -también irregulares- que en decenas de municipios y en cientos de actos se ejercen en la vía pública con autorización municipal. Estamos deseando ver la tecnología de nuestra Hacienda al servicio de estos controles para la mejor/mayor recaudación.
- El fraude se puede combatir con una justicia distributiva y una actitud ejemplarizante, aunque quizás esto sea más caro que el poner un dispositivo en una máquina registradora; además requiere de voluntad y esfuerzo.
- En la comercialización y en la prestación de servicios, no podemos negar que en algún caso puede existir una alteración de las cifras de ventas o de los resultados: si un empresario es incapaz -en muchas ocasiones- de detectar sustracciones de caja, resulta evidente que (de la misma forma) puede actuar él dependiendo de sus convicciones y responsabilidad. Puede modificar las ventas, puede alterar compras o gastos, puede…; lo importante es que desde las instituciones se hagan unas acciones didácticas (más que sancionadoras) y, desde luego, que el entorno institucional ofrezca siempre una actitud ejemplarizante. No será un método perfecto pero sin duda se avanzaría cara a la co-rresponsabilidad del ciudadano con su Hacienda.
- La exigencia de ticket, la exigencia de registro de ventas, la incorporación de nuevas tecnologías, pueden suponer un mejor control; desde luego, el difundir estas posiciones conlleva un importante eco mediático. Sólo hay que ver los medios escritos, los programas audiovisuales, cómo se preocupan ante un anuncio de estas características; Pero que no se olvide, no es nada nuevo y cada año reiterativo. No molesta el que se vigile el fraude, lo que quizás pueda molestar, además de otras cuestiones, es que se señale hacia los mismos.
- Una última cuestión colateral a este tema: Tenemos la confianza en que los políticos encargados de la Comisión de Vigilancia de Fraude, tras elevar sus conclusiones, se dediquen inmediatamente -creando la comisión ad hoc- a analizar la situación discriminatoria del trabajador autónomo. Su diferenciación de derechos respecto al asalariado, por supuesto con la misma cotización o los coeficientes fiscales de reducción de rendimientos que habría que aplicar en función a jornadas interminables de trabajo (que a veces son el doble que las que tienen ciertos colectivos de empresa pública o vinculados al entorno institucional); también podrían valorar qué coeficiente reductor (sobre la tributación) hay que aplicarlos por ser autosuficientes, incluso por obtener los rendimientos -cuya tributación rigurosa se exige- con ayuda de familiares directos a los que (además) se exige que tributen como autónomos colaboradores. Esperemos que esto lo hagan por caridad hacia los administrados que están perdiendo la esperanza de verlo, como otros anteriormente hemos perdido la fe.
Ángel.T Gago,
Secretario General Ejecutivo